Cada día son más las voces en contra de las zapatillas milagro o las zapatillas voladoras de con corcho, carbono, grafeno, impresión 4D, etc… cada día vemos en los pies de numerosos atletas populares y profesionales. La falta (o muy tardía) regulación de las alturas, medidas y materiales que deben llevar esta zapatillas por parte de World Athletics alimenta más la polémica día a día.
Nike se ríe de los que se ríen de Nike
Y es que lo recordaba Nike esta semana y quizás tú te acuerdes de que las primeras zapatillas que Nike bautizaba como “voladoras” recibieron burlas. Era 2016. En los años anteriores Adidas había monopolizado y arrasado en el mercado de calzado para maratonianos con su nueva amortiguación, el Boost, y la respuesta de Nike parecía una broma. ¿Como correr con tan alto? En su estreno en los Juegos de Río no convencieron pese a la victoria de Eliud Kipchoge. Pero fue en 2017 cuando llegó la revolución cuando el propio Kipchoge se acercó a la barrera de dos horas en maratón en Monza y ahí, ese mismo momento, el atletismo cambió para siempre.
Los corredores profesionales y populares se lanzaron en masa a por sus Nike con placa de fibra de carbono, todas las marcas empezaron a desarrollar sus propios modelos con esta tecnología y los récords empezaron a caer uno a uno. Primero los de ruta, después los de pista. Finalmente, cuando la Federación Internacional de Atletismo despertó, millones de populares ya rebajaban sus marcas gracias a los zancos y la respuesta fue la permisión.
Cuatro años después del nacimiento de las zapatillas voladoras, la World Athletics limitó mínimamente su altura (cuatro centímetros en asfalto, dos en la pista) y no entró en mayores consideraciones. Su presidente, Sebastian Coe, a la postre embajador de Nike durante décadas, recibió unas críticas que se olvidaron pronto. Y en ese contexto empezó el Mundial de Eugene celebrado hace unos días.
La polémica por las zapatillas voladoras continúa en el mundial de Eugene
En 10 días de competición se batieron cuatro récords del mundo. El último, de Armand Duplantis en salto de pértiga calzando zapatillas para pértiga Puma, merece un análisis aparte, pero los otros tres tuvieron íntima relación con las zapatillas voladoras. El paradigma: la nigeriana Tobi Amusan. Si había dudas sobre la ventaja que las zapatillas proporcionan ella las diluyó con dos sprints en los 100 metros vallas. Con un modelo para fondo, para correr 5.000 o 10.000 metros, las Adidas Adizero Avanti TYO, con placa de fibra de carbono y espuma super reactiva, destrozó la plusmarca anterior en dos ocasiones, pese a no ser una de las favoritas. Una sorpresa. Una rareza. Una polémica que se diluyó en segundos.
Como ocurrió con el récord anterior: Sydney McLaughlin en los 400 metros vallas. La estadounidense, ella sí favoritísima, rebajó su propio registro en casi un segundo con un prototipo de New Balance de composición desconocida y volvió a abrir cierto debate. Según la normativa de la World Athletics, las zapatillas deben estar a la venta para poder ser homologadas y así pues… ¿Por qué las de McLaughlin no lo están? No importa. Como todo lo referente a las zapatillas voladoras el reglamento es benevolente. Como ocurrió con los bañadores de plástico en la natación quizá en unos años haya debate en el atletismo, pero todo indica que no será así. Sigan, sigan.
Sobre el Autor
Alejandro Martín Turra
Me llamo Alejandro Martíny desde niño me he dedicado al atletismo en pista y Cross a nivel semi-profesional. Por tanto, las zapatillas de clavos han estado en mi mochila siempre.
Aunque lo mío son las carreras de saltos, soy un amante de las competiciones de todas las disciplinas: carreras cortas y rápidas, más largas y lentas, de saltos, carreras de Cross en el barro. Pero también me gusta ver y practicar cuando puedo pruebas de saltos y lanzamientos.
Me leeréis sobre todo hablando de Zapatillas para pista de atletismo y Cross.